Generar las opciones de solución
Consiste en desarrollar
distintas posibles soluciones al problema. Si bien no resulta posible en la
mayoría de los casos conocer todos los posibles caminos que se pueden tomar
para solucionar el problema, cuantas más opciones se tengan va ser mucho más
probable encontrar una que resulte satisfactoria.
De todos modos, el
desarrollo de un número exagerado de opciones puede tornar la elección
sumamente dificultosa, y por ello tampoco es necesariamente favorable continuar
desarrollando opciones en forma indefinida.
Para generar gran cantidad
de opciones es necesaria una cuota importante de creatividad.
Existen diferentes técnicas para potenciar la creatividad, tales como la lluvia
de ideas, las relaciones forzadas, etcétera.
En esta etapa es importante la creatividad
de los tomadores de decisiones.
Evaluar las opciones
Consiste en hacer un estudio
detallado de cada una de las posibles soluciones que se generaron para el
problema, es decir mirar sus ventajas y desventajas, de forma individual con
respecto a los criterios de decisión, y una con respecto a la otra,
asignándoles un valor ponderado.
Como se explicó antes según los
contextos en los cuales se tome la decisión, esta evaluación va a ser más o
menos exacta.
Existen herramientas, en particular
para la administración de empresas para evaluar
diferentes opciones, que se conocen como métodos cuantitativos.
En esta etapa del proceso es
importante el análisis crítico como cualidad del tomador de decisiones.
Elección de la mejor opción
En este paso se escoge la opción que
según la evaluación va a obtener mejores resultados para el problema. Existen
técnicas (por ejemplo, análisis jerárquico de la decisión) que nos ayudan a
valorar múltiples criterios.
Los siguientes términos pueden
ayudar a tomar la decisión según el resultado que se busque:
- Maximizar: Tomar la mejor decisión posible.
- Satisfacer: Elegir la primera opción que sea mínimamente aceptable satisfaciendo de esta forma una meta u objetivo buscado.
- Optimizar: La que genere el mejor equilibrio posible entre distintas metas.
Aplicación de la decisión
Poner en marcha la decisión tomada
para así poder evaluar si la decisión fue o no acertada. La implementación
probablemente derive en la toma de nuevas decisiones, de menor importancia.
Evaluación de los resultados
Después de poner en marcha la
decisión es necesario evaluar si se solucionó o no el problema, es decir si la
decisión está teniendo el resultado esperado o no.
Si el resultado no es el que se
esperaba se debe mirar si es porque debe darse un poco más de tiempo para
obtener los resultados o si definitivamente la decisión no fue la acertada, en
este caso se debe iniciar el proceso de nuevo para hallar una nueva decisión.
El nuevo proceso que se inicie en
caso de que la solución haya sido errónea, contará con más información y se
tendrá conocimiento de los errores cometidos en el primer intento.
Además se debe tener conciencia de
que estos procesos de decisión están en continuo cambio, es decir, las
decisiones que se tomen continuamente van a tener que ser modificadas, por la
evolución que tenga el sistema o por la aparición de nuevas variables que lo
afecten.
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